“Nunca entendí tu mundo, pero hice lo posible por hacerlo.” – Jillyan coge aire, su herida en el pecho es profunda, le cuesta respirar.
“Serví a mi Rey con toda mi fuerza, pero no he sido rival para la adversidad. Me hubiera gustado ver con mis propios ojos Avalon y vivir junto a ti, mi amor.”
“Fui abandonada por los míos en aquel tiempo y tuve que sobrevivir como pude. Intenté lidiar con la corrupción, intenté asesinar a todos los infames, corruptos, abusadores, criminales… No tenía otro fin. Después aparecieron aquellos monstruos que secuestraban gente, que la contagiaban con su ser o los devoraban. Acabé con todos los que pude… Intenté hacer algo bueno. Sus almas y malos pensamientos ahora me persiguen y acosan cada noche.”
“No pude terminar entonces, huimos de aquella tierra y no queda nada en Japón de tu mundo. Hemos huido y vuelto a casa pero… eso me ha hecho más débil. Ellos han muerto y yo debería haberlo hecho con ellos, su historia solo la podrán contar ellos mismos en otra vida. Me arrepiento de mi decisión. Mi deber era medirme con Bel’Maraar… es algo que arrastré en pena estos años.”