Aunque Tyrael encargó a Marius viajar a la Forja del Infierno y destruir la Piedra del Alma que había arrancado a Baal, éste no tuvo el valor suficiente para afrontar la misión. En su lugar las horribles visiones que padeció en su viaje junto al Nómada hacen que termine encerrado en un asilo para dementes y allí es asesinado por el propio Baal para recuperar su fragmento de alma. ¿Cómo lidiar ahora con un demonio mayor que porta al cuello su propio punto débil?
Pero hablemos de quien tenemos delante. Mi edad avanzada me hace ver que los lazos se atan y que los problemas se agolpan a nuestras puertas. La pequeña Leah duerme mientras escribo estas breves líneas, dejando registrado todo por si algo me ocurriera y Theod debiera continuar mi legado.
Diablo dirigía los Infiernos Abrasadores junto a sus hermanos Baal y Mephisto durante muchísimo tiempo, enfrascados en una guerra sin fin contra los Altos Cielos. El arcángel Inarius y Lilith, cansados de esta guerra eterna, decidieron crear un refugio a salvo de este enfrentamiento, Santuario. Junto a otros demonios y ángeles, poblaron el mundo de Santuario con sus propios hijos, que resultaron no ser ni demonios ni ángeles. Estos hijos son los Nephalem y Diablo vio un gran potencial en ellos.