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Introducción: 13-11-2015: Cáceres


Ya llevo en la ciudad algo más de 6 meses…

Cuando los médicos me recomendaron el cambio de localidad para que mis afecciones psicológicas tornaran a un nivel manejable con la nueva medicación, acertaron de lleno… Por primera vez en años. Pero claro, cómo podrían acertar si todo mi historial clínico no es más que una ristra de mentiras bien entrelazadas y necesarias para que me traten sin encerrarme en un manicomio.

El estrés en esta ciudad es irrisorio. Tengo acceso a todo lo que necesito para trabajar a menos de una hora en coche y el coste de la vida es bastante bajo. El superordenador Lusitania es una pasada para los recursos que tienen por la zona y es más que suficiente para los cálculos que necesito para los nuevos modelos de optimización nuclear en los que trabajo ahora. Si esta línea de investigación resulta ser exitosa, yo mismo podría realizar las modificaciones necesarias en los reactores nucleares de Almaraz.

Podríamos aumentar el tiempo efectivo entre los ciclos de recarga en un 410% en una primera fase y mantener en funcionamiento de ambos reactores en paralelo utilizando los propios residuos. No quiero entrar en muchos detalles más, pero el avance energético sería histórico.

Si a eso le unimos la calidad ecológica que tiene la zona, se convierte en el lugar perfecto para controlar mis pesadillas con una carga de fármacos lo suficientemente aceptable. Es más, estoy pensando en dejar de tomarlos, aunque sé que la falta tan repentina de principios activos en mi torrente sanguíneo provocará que las dendritas se vuelvan locas y podría sufrir alucinaciones por el efecto rebote.

Debo estudiar la dosis para evitar esta situación, ya que no me interesa que mis funciones cognitivas disminuyan drásticamente. Pediré consejo a una amiga, ya que mis conocimientos en farmacología no son gran cosa.

Creo que por fin he encontrado un lugar en el que poder trabajar, vivir y empezar a afrontar la dura realizad sin pasarme todo el día bajo el influjo de antidepresivos y otros medicamentos para dormir. Quiero empezar a enfrentarme a la crueldad del día y a los monstruos de la noche… Ya va siendo hora de que empiece a afrontar mis temores y empiece a estar a gusto conmigo mismo.

Además, sin las pesadillas, siento que estoy dando la espalda a todos aquellos que me ayudaron a salir de aquel infierno en el que me encontraba. Sin las pesadillas siento que estoy negando la realidad. Y un día la realidad golpeará mi puerta y quiero estar en paz conmigo mismo cuando eso suceda.

 

 

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