Para ti, homínido, el mundo tiene una concepción sencilla, pues todo lo que contemplas parece creado a tu medida. A tu imagen y semejanza. Pero no hay nada más alejado de la realidad. Nuestro pueblo se nutre tanto del lobo como del humano, o al menos debería ser así. Y siempre hay cosas que no deberían existir, como los Metis…
Los lobos conviven con la naturaleza desde el principio, por lo que están más sintonizados con el equilibrio natural de las cosas. Con lo que debería ser, al menos. Entienden que no hay más ley que la del depredador y la presa. Ningún abogado les va a amenazar con una demanda. Ningún impuesto les va a obligar a trabajar y dedicar su vida a algo que no quieren. Pero tampoco es sencillo para ellos.
La Rabia también les acompaña desde el principio, y que la entiendan mejor, no hace que sea más fácil convivir con ella. No tienen códigos legales, pero si costumbres tan firmes como lo son las leyes para el ser humano. El Garou lupus vive sabiendo que es superior a sus líderes desde el primer momento, pero no puede dar explicación a ello, o retar al alfa sin sentir que hace algo que no es correcto. La mayoría no llegan a tener contacto con el ser humano antes del Primer Cambio, pero cuando éste tiene lugar…
Un lupus es directo, agresivo (no necesariamente violento), y está mucho más en contacto con su parte espiritual que un ser humano. Para ellos la Umbra no es un cuento fantástico en el que deben creer. Es más bien, una explicación a todo aquello que antes se les escapaba. No entienden al principio el concepto de la mentira (¿Decir algo que no es cierto? ¿Por qué? ¿Para qué?). No entienden los tratamientos de respeto o la cortesía. Si respetas a alguien, no necesitas demostrarlo con palabras, sino con hechos. Cediéndole la primera parte de la presa/comida. Escuchando con atención su sabiduría. No interrumpiéndole cuando hace algo, a menos que sea esencial. No traspasando el territorio de otros… Las formas de hacerlos son tantas como leyes tienen los dos-patas” (así se refieren a los homínidos…o “monos” si pretenden ser especialmente ofensivos). Suelen sufrir el primer cambio a partir del primer año de vida, pero no es raro que ocurra ya siendo plenamente adulto, con dos o más años de edad.
