Fue en el momento en el que Artemis se desvanecía en sus brazos y sólo quedaba la mirada confundida y empañada de lágrimas de Blanca. En ese momento, Caelia notó como algo no iba especialmente bien. Algo dentro de ella se había roto y había empezado a morir.
Otra vez.
Los ojos de la trol se inundaron de lágrimas, mientras la agente de policía la miraba sin comprender muy bien que estaba sucediendo, y antes de que pudiera llegar a pronunciar su nombre humano, Caelia se marchó a toda prisa conteniendo un sollozo, para no mirar más a la sombra de su mejor amiga. De su hermana.