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Camada de Fenris

 

La Camada del gran lobo Fenris. Los Fenrir. Las historias nórdicas hechas carne. El mito del hacha y el martillo de Thor. Eso solían ser en la edad media. No te confundas, siguen siéndolo… pero los tiempos cambian. Si una tribu lucha contra algo con el mismo ahínco que contra el Wyrm, son ellos, empeñados en erradicar la debilidad. Siguen prefiriendo una muerte gloriosa a morir pacíficamente de viejos. 

Tienen el dudoso honor de contar con los ritos de Iniciación más sangrientos, y no es infrecuente que un cachorro muera durante el suyo. Si lo pasa, es un Fenrir más. Respetan los rangos, como todo miembro del Pueblo, pero son más exigentes si cabe, con la posición que suponen. Aunque arrastran ciertos comportamientos que no casan bien con los últimos tiempos, no son tan radicales como en eras pasadas, por pura fuerza de necesidad.

Prefieren las zonas tribales, como casi todas las tribus, aunque en su caso, parecen inclinados hacia territorios especialmente hostiles, como otra forma de poner fin a la debilidad. Esperan de sus parientes que sean igual de inflexibles en ese sentido, y que puedan demostrar valerse por sí mismos ante cualquier adversidad. Incluso acuden a algunas batallas junto con la manada. En las ciudades suelen moverse por las afueras de las mismas, lejos de una influencia poderosa de Tejedora. En ocasiones, tanto Garou como Parentela, gestionan empresas relacionadas con la construcción y el transporte, como campamentos desde los que atacar al Wyrm… o a Tejedora llegado el caso. 

Las graves circunstancias del S XXI hacen que deban limitar sus ideas radicales respecto al territorio, pero en el pasado, se habla de cómo provocaban auténticas guerras entre tribus del propio Pueblo, por el control de zonas que consideraban que debían proteger ellos. Esto es cosa del pasado. Sencillamente, somos demasiado pocos para poder luchar entre nosotros, incluso ellos lo entienden. Pero… la Rabia no es sensata.

Adoran sin excepción al Lobo Fenris, pero en la dehesa extremeña cuentan con hijos del mismo, cuervos que no tienen nada que ver con Abuelo Trueno, como los que se posan en los hombros de Odín. Especialmente misterioso es el espíritu del Entiznáu, un duende gigante, de figura oscura, que puede provocar tormentas a voluntad. Los Fenrir ven en él una especie de efigie de Thor, cuando su humor es especialmente irascible.

 

Auspicios

Un Rotagar Fenrir no es menos guerrero que el resto de sus camaradas por disponer de una rabia menor. Encontrará siempre la forma de demostrar su capacidad como si de un seguidor de Loki, el dios de las mentiras, se tratara. Cuídate de las formas que encontrará de señalar tus debilidades.

Los Godi nórdicos tienen una forma especial de tratar con la umbra y sus espíritus. Como si pretendiesen señalar también al mundo de la Gnosis que puede ser débil y debe evitarlo. Pueden intentar imponerse por la fuerza si no lo consiguen con chiminajes.

En cuanto a la Ley, difícilmente puede encontrarse un Forseti más radical que un hijo del Fenris. La Letanía es clara. No necesita de interpretaciones o alegatos. No la rompas, y él no tendrá que romperte el cráneo.

Las gestas nórdicas fueron muy populares a lo largo de la edad media, y en gran parte conocemos a todos sus héroes gracias a los Skald, muchas veces los propios héroes de sus canciones. Incluso en aquellas canciones que no tratan sobre la batalla, enseñan valiosas lecciones sobre cómo sobreponerse a la debilidad.

Y por último el Modi. Entre ellos consideran que es el auspicio favorecido por Fenris. La Rabia desmedida no es una vulnerabilidad, y si tus aliados sufren las consecuencias, deberían ser más duros. Esto no les convierte en descerebrados sanguinarios… no siempre al menos. Estrategas consumados en lo referente a cualquier tipo de escaramuza, su mayor reto consiste en retirarse cuando no es necesario luchar más.

 

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