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La Umbra

Llamamos Umbra al mundo espiritual. Es una forma de resumirlo, pero sólo eso, un resumen. La Umbra es conceptual. Todo lo que existe en el plano físico, hereda sus características del concepto que lo representa. Podría decirse que el fuego quema y da calor, porque en la Umbra existe un espíritu con esas cualidades, al que genéricamente llamamos “fuego”. Esto no quiere decir que todos los espíritus del mismo tipo sean iguales. Al igual que un ser humano comparte ciertas características, pero se distingue del resto en infinidad de detalles, unos más obvios que otros, los espíritus también comparten eso. Dos espíritus de fuego pueden ser muy distintos, a pesar de representar ambos los conceptos de “calor” y “quemar”. La llama de una cerilla no es igual que la de una hoguera, o la de un incendio forestal, al igual que el calor de una estufa no es el mismo que el de una sauna.

Partiendo de ahí, joven cachorro, cualquier cosa que se te ocurra sigue un patrón similar. Para complicar las cosas, no toda la Umbra es igual. La zona más “próxima” conceptualmente al plano físico, la llamamos Penumbra. El paisaje es similar hasta cierto punto al del plano físico. Un callejón en la penumbra, es algún tipo de vía. Más oscuro, más grande, más estrecho, con edificios más modernos o más viejos, empedrado o de tierra, pero generalmente el mismo concepto. Casi siempre refleja un tiempo anterior con respecto a su reflejo físico. El callejón en cuestión podría ser un sendero en mitad del campo cuando cruzas al otro lado.

No cometas sin embargo el error de pensar en la penumbra como un lugar con reglas físicas estables, como la distancia, el clima o el paso del tiempo. Puedes cruzar al otro lado a través de un espejo pulido que quizás en el mundo espiritual no está, o se encuentra en otro lugar… Con frecuencia para volver al plano físico debes realizar algún tipo de viaje espiritual, no es algo a tomar a la ligera. Y mucho menos cuanto más te alejas del mundo físico.

Según dejas atrás la penumbra, te adentras en la Umbra Próxima, donde los conceptos empiezan a ser más importantes que las meras cualidades físicas. Lugares de aspecto onírico que representan algo concreto, y que no tienen semejanza alguna al lugar físico desde el que partiste. Mundos enteros que tienen su reflejo físico de un modo mucho más sutil que la simple semejanza de forma y tamaño. Conceptos etéreos que sólo se calcifican en el mundo “real” mediante pensamientos, emociones, miedos, anhelos… Más allá incluso, se encuentran los 13 reinos umbrales conocidos. Sitios cuyos conceptos son a su vez suma de otros conceptos, donde los espíritus existen ajenos a lo mundano, con sus propias leyes, sociedades, comportamientos y evoluciones… Pero deberás viajar mucho por el mundo de los espíritus para llegar a acercarte a esos lugares siquiera. Este esquema se repite hasta llegar a la Tríada: Kaos, Wyrm y Tejedora. Los tres conceptos supremos si quieres verlo así.  Más adelante hablaremos de ello…

Más importante es saber qué nos separa de lo espiritual. La Celosía. La llamamos así porque es una membrana tenue que separa nuestras dos naturalezas. Por los agujeros de esa celosía podemos cruzar de un lado a otro. Dichos agujeros tienen una representación física que todos conocemos de manera cotidiana. Los espejos. Cualquier superficie que devuelva un reflejo claro y nítido, realmente. No pienses que un charco de lluvia, embarrado y oscuro, es el mejor hueco para pasar a la penumbra. Cuanto más turbio sea el reflejo, más te costará, y más probable será quedarte atrapado entre dos mundos, algo que nadie quiere.

La tecnología también hace más fuerte la Celosía, dificultando el paso. Por ello es mucho más fácil y seguro hacerlo en mitad de la naturaleza que en una ciudad, donde habitan las temibles arañas de la Tejedora, ansiosas por atraparte y convertirte en material para tapar los agujeros de la Celosía. Si, un ladrillo. Uno espiritual, al menos…

Por el momento, recuerda un último detalle. Seguro que no te agradaría que alguien se dirigiese a ti como “humano”. Prefieres que utilicen tu nombre, o algo que identifiques como tal. Nunca llames “fuego” simplemente a un espíritu de fuego… Puede llamarse Cerilla, Llama Azul, Fogata del Hogar, o Mike, ya puestos… Tenlo siempre en cuenta y respétales.

 

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