¿Cómo describir el transcurso de toda una vida? O, mejor dicho, ¿Qué importa realmente en el trayecto natural de la vida hasta su punto y final?
Esas mismas preguntas se ha estado haciendo de vez en cuando el que una vez se llamó Promesa de Redención. Todo aquello por lo que vivió, todos los pocos recuerdos que aún puede conservar. Las cosas horribles que hizo en vida, pero también las buenas que pudo hacer.
El tiempo pasó desde aquella batalla final por el Salugral y el curso de la vida volvió a su cauce, con ello el paso a la muerte y el paso de los difuntos al descanso eterno. Se hace raro ver una eterna constante de vidas, esencias, almas pasar a su alrededor. Fue su condena, su penitencia. Todo por una traición hacía su tótem, a Caleb, en un momento crucial y decisivo.
- “Es la última vez que alguien me desobedece” Aún recuerda claramente esas palabras antes de ser anexionado a la rueda de la vida.
Desobedecer, interesante concepto para alguien que se pasó toda la vida sirviendo como un soldado perfecto sin rechistar, pues fue una palabra que carecía de significado para él hasta su última etapa de vida. Ahora, solo puede observar y ayudar con su esencia a que las personas concluyan el recorrido de su vida. Puede verlo todo, desde el primer llanto de un bebé hasta la última exhalación de un anciano.